viernes, 26 de enero de 2018

MARGA GIL ROËSSET


Marga Gil Roësset (Las Rozas de Madrid, 3 marzo 1908 - Las Rozas Madrid, 28 julio de 1932) fue una escultora, ilustradora y poetisa española perteneciente a la Generación del 27. Se la considera una niña prodigio que fue admirada en su época por la intelectualidad. Murió muy joven por lo que su polifacética obra es escasa. Sus ilustraciones inspiraron al escritor e ilus-trador Antoine de Saint-Exupéry para su obra de El principito, quien las conocía por sus habi-tuales visitas a España. Forma parte de una saga familiar de mujeres artistas: su hermana fue la escritora Consuelo Gil Roësset (1905-1995), su tía fue la pintora María Roësset Mosquera (1882-1921), su prima la pintora Marisa Roesset Velasco y su sobrina la poetisa y fotógrafa  Marga Clark.

Gil Roësset nació en Las Rozas de Madrid, en el área metropolitana de Madrid, en 1908. El parto fue complicado y los médicos le auguraron una muerte prematura, pero su madre se negó a dejar morir a su segunda hija y consiguió sacarla adelante.​ Más tarde nacieron sus hermanos Pedro (1910) y Julián (1915). Tanto ella como su hermana Consuelo, tres años mayor que ella, crecieron en un ambiente ilustrado y fueron educadas en casa bajo la tutela de su madre, Margot Roësset, que les inculcó el gusto por el arte, las apremió a crear cuentos y las instruyó para ser cultas, hablar cuatro lenguas, viajar, visitar museos y asistir a conciertos de música clásica. Gil Roësset fue una niña prodigio. A los siete años ya mostraba una extraordinaria capacidad para el dibujo. Es de esta edad la obra más temprana que se conserva de ella, un cuento que escribió e ilustró para su madre. Pero este talento queda patente con la publicación en 1920 de un cuento de su hermana titulado El niño de oro, primorosamente ilustrado por ella.

En 1923, en París, ambas hermanas publicaron otro cuento, Rose des Bois. Marga tenía 15 años en ese momento y ya había alcanzado la maestría. Fue entonces cuando dio un giro absoluto y empezó a dedicarse a la escultura. Su madre siempre había querido rodear a sus hijas con lo mejor y siguiendo esta línea la llevó a Victorio Macho, escultor español, precursor de la escultura contemporánea española, que se negó a darle clase por miedo a estropear su talento. Fue, por tanto, completamente autodidacta. En palabras de José Francés, como escultora “Marga ES”.