sábado, 18 de abril de 2020

GABRIELA MISTRAL


Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga​ (Vicuña, 7 abril 1889-Nueva York, 10 enero 1957),  fue una poeta diplomática y pedagoga chilena.
Nacida en una familia de recursos modestos, Mistral se desempeñó como profesora en diver-sas escuelas y se convirtió en una importante pensadora respecto al rol de la educación públi-ca, llegó a participar en la reforma del sistema educacional mexicano.​ A partir de la década de 1920, Mistral tuvo una vida itinerante al desempeñarse como cónsul y representante en orga-nismos internacionales en América y Europa.
Como poeta, es una de las figuras más relevantes de la literatura chilena y latinoamericana. Entre sus obras destacan DesolaciónTala y LagarGabriela Mistral nació en Vicuña el 7 de abril de 1889, con el nombre de Lucila de María Godoy Alcayaga.​ En la actualidad, en la calle donde vio la luz, se creó en 1957 el museo que lleva su nombre.​ Toda su infancia la pasó en diversas localidades del valle de Elqui, en la actual región de Coquimbo. A los diez días, sus padres se la llevaron desde Vicuña al cercano pueblo de La Unión (actualmente llamado Pisco Elqui). Entre los tres y los nueve años, Mistral vivió en la pequeña localidad de Montegrande. Sería este lugar el que Mistral consideró su ciudad natal; la poeta se refería a él como su «amado pueblo» y fue allí donde pidió que le dieran sepultura.

Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor y poeta de ascendencia española, natural de San Félix, y de Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca.​ Sus abuelos paternos, oriundos de la actual región de Antofagasta, fueron Gregorio Godoy e Isabel Villanueva; y los maternos, Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, descendientes de familias propietarias de tierras del valle de Elqui. Por el lado de su madre, Gabriela Mistral tuvo una media hermana mayor, Emelina Molina Alcayaga, hija de Rosendo Molina Rojas, quien fue su primera maestra. Por el de su padre, habría tenido otro hermanastro, llamado Carlos Miguel Godoy Vallejos. Aunque su padre abandonó el hogar cuando ella tenía unos tres años, Gabriela Mistral lo quiso y siempre lo defendió. Cuenta que «revolviendo papeles», encontró unos versos «muy bonitos». «Esos versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética», escribió. 

Por su trabajo poético, recibió el premio Nobel de Literatura en 1945,​ fue la primera mujer iberoamericana​ y la segunda persona latinoamericana​ en recibir un premio Nobel.